Esta etiqueta energética, no es nada nuevo en el sector pero sí que se han ido renovando y los parámetros a medir han ido cambiando, por ello hay que estar siempre bien informado.
Se trata de un etiquetado presente en el aire acondicionado y otros electrodomésticos en los que aparece indicada la eficiencia energética de cada uno de ellos.
¿Pero qué es este concepto?. La eficiencia energética no es más que el gasto que debe hacer el aparato para cumplir su función de manera correcta. Es decir, en el caso del aire acondicionado, la eficiencia energética medirá, la energía que este consume para conseguir refrigerar las habitaciones para las que está indicado.
Por tanto un electrodoméstico será más eficiente cuanta menos energía necesite consumir para cumplir su misión.
Como comentamos, la etiqueta se han ido renovando, y también pues los indicadores que miden esta eficiencia. Antiguamente se usaban el COP (Potencia calorífica aportada / Potencia eléctrica consumida) para el modo calefacción y el EER (Potencia frigorífica aportada / Potencia eléctrica consumida), para el de refrigeración.
Ahora, desde 2011, con el cambio de reglamento, estos índices se han modernizado para hacer un cálculo mucho más exacto. Desde 2013, es de obligatorio cumplimiento el etiquetado basándose en los parámetros SCOP y SEER, los cuales tienen en cuenta la estacionalidad, ya que las condiciones son cambiantes a lo largo del año y se debe tener en cuenta.
Una vez calculados estos indicadores, a través del reglamento, se puede ver en qué categoría de eficiencia energética se encuentra nuestra instalación, una de las tablas que aparece en el es la siguiente:
El problema es que estos indicadores, marcan un mínimo de eficiencia energética que es superior a los actuales en el caso del aire acondicionado por lo que se han restablecido los parámetros para esta etiqueta.
En el etiquetado, podemos ver una escala que muestra diferentes letras, desde la A a la G y que están coloreadas del verde al rojo respectivamente.
En el caso de que el aparato venga ,marcado con la A en su etiqueta, implicará que dicha instalación es muy eficiente. Por otro lado, las letras inferiores como la F o la G, supone que el aparato consume demasiada energía para la realización de su función.
Además, la categoría más alta, puede estar acompañada de hasta tres “+”, lo que implica todavía una mayor eficiencia energética del aire acondicionado.
Se prevén nuevos cambios en esta escala a partir de 2019 para conseguir unos cálculos más aproximados sobre la eficiencia tanto en aparatos de aire como en otros electrodomésticos.
Esta etiqueta de eficiencia energética, hacen muy fácil la comprensión de los conceptos y ante todo, hacen más sencilla la compra por parte del consumidor para que pueda escoger un aparato realmente eficiente y ahorrar mientras hace un consumo responsable de su aire acondicionado.
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