Con la llegada del verano, una gran cantidad de españoles hacen uso del aire acondicionado para soportar mejor las altas temperaturas de esta época estival. Pero su mantenimiento no solo debe realizarse en esta época sino también a lo largo de todo el invierno. Este es necesario para que desempeñe sus funciones con la mayor eficacia posible previniendo que tengamos así gastos inesperados en reparaciones del sistema o una reducción de la eficacia porque los filtros no estén en sus condiciones óptimas.
Los principales residuos que nos podemos encontrar es polvo, la principal sustancia nociva que nos podemos encontrar en una vivienda. Este, si no los limpiamos adecuadamente, se puede llegar a acumular en los filtros del aire obstruyendo el flujo del mismo y reduciendo así la efectividad del sistema.
El filtro purificador y desodorante tendrían que ser limpiados mensualmente hasta en invierno, aunque no se ponga en funcionamiento. Además, deberían ser reemplazados estos filtros cada 3 o 6 meses según el tiempo que hayan sido utilizados ya que pueden perder su eficacia. Para limpiarlos es tan fácil como emplear jabón neutro y agua y dejarlos secar para luego volverlos a colocar en su emplazamiento.
La unidad exterior del aparato en sí de aire acondicionado suele, debido a su uso, acumular cantidades de polvo, incluso también gérmenes, virus y otras sustancias nocivas para la salud humana pudiendo crear problemas respiratorios sino se hace un mantenimiento adecuado de esta parte del sistema.
Para la limpieza de la batería bastará con un cepillo o brocha y pasarlo por las partes sucias.
La utilización de este sistema en modo frío puede ocasionar que en la unidad interior el agua se evapore y produzca la aparición de gotas de agua. Ellas se deben limpiar ya que, en caso contrario, pueden llegar a generar malos olores que se distribuirán por toda la estancia cuando se ponga en funcionamiento el sistema.
Por ello, es conveniente retirar el agua de la bandeja cuando se produzca la condensación y evitar así este problema.
En ella se suele acumular polvo y otras sustancias que reducen la eficacia del sistema sino se limpia regularmente. Además, debido a la dejadez de limpieza, el consumo eléctrico del sistema puede llegar a aumentar su consumo.
El mantenimiento de esta parte del sistema de aire acondicionado consiste en controlar que no existen fugas de gases refrigerantes que pueden llegar a ser muy contaminantes para el medio ambiente.
La revisión del nivel de gas, la vigilancia de que no existan fugas, ni desequilibrios y su correcto mantenimiento puede alargar la vida útil de nuestro aire acondicionado.
Un indicio de que el nivel de gas es bajo es el bloqueo del aparato.
La forma más fácil, para el usuario, de comprobar este nivel, es mirar los tubos de cobre que conectan los dos módulos y ver si el delgado, que es el de la alta presión, está congelado. Si es así, entonces se requerirá la intervención de un profesional para realizar el mantenimiento o la reparación.
El aire acondicionado es un sistema muy delicado pero muy efectivo. En un corto periodo de tiempo tendremos toda la estancia a la temperatura idónea para soportar ese caluroso día de verano.
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