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El mantenimiento de un sistema de aire acondicionado split es un paso obligatorio para garantizar la eficiencia y el buen funcionamiento de la unidad. Sin un mantenimiento regular, el rendimiento del sistema puede verse afectado. En última instancia, se corre el riesgo de un consumo excesivo de electricidad y un desgaste prematuro del aire acondicionado.

En general, se estima que el 95% de los acondicionadores de aire, las bombas de calor aire-aire y los acondicionadores reversibles están muy sucios, lo que puede ser el origen de muchos problemas de salud: legionela, estafilococo áureo, alergias, asma, etc.

Hay una lista de acciones muy sencillas que puede llevar a cabo usted mismo para prolongar la vida de su aire acondicionado y ahorrar energía. Desde Mancliar te mostramos los pasos esenciales para un mantenimiento eficaz del aire acondicionado.

¿Cómo limpiar el aire acondicionado?

El primer paso en el mantenimiento del aire acondicionado es limpiar los filtros de aire de la unidad.

Limpieza de los filtros del aire acondicionado

Los filtros de aire son la parte más importante del acondicionador de aire, ya que atrapan el polvo y el polen, que son un caldo de cultivo potencial para los ácaros del polvo. Al agitar el aire de una habitación, el sistema de aire acondicionado acumula una gran cantidad de partículas en suspensión.

A título informativo, los acondicionadores de aire agitan hasta ocho veces el volumen de aire de una habitación cada hora.

Estos pocos pasos deben realizarse cada dos semanas durante el periodo de uso, generalmente en verano.

Estos pocos pasos clave en el mantenimiento del aire acondicionado le permiten comprobar el estado de los filtros de aire y cambiarlos si es necesario.

1- Abrir la caja del aire acondicionado

La unidad interior de su acondicionador de aire debe ser fácilmente accesible para realizar esta operación. Por razones de seguridad, no olvide apagar el aire acondicionado antes de realizar el mantenimiento.

Abra el panel frontal del acondicionador de aire girando el panel frontal hacia arriba. No se necesitan herramientas para realizar esta operación.

Los filtros de aire son directamente accesibles en cuanto se abre la tapa.

2- Desmontaje de los filtros de aire

Los filtros de aire se extraen fácilmente desenganchándolos de su base. No se necesitan herramientas especiales.

Dependiendo del modelo de aire acondicionado, los filtros pueden ser planos o curvos. Por lo general, se curvan en los acondicionadores de aire domésticos para adaptarse a la curva de la parte superior de la unidad.

3- Desempolvar el filtro de aire

Golpee suavemente sus filtros de aire sobre una papelera y elimine manualmente las pelusas de polvo que puedan haberse adherido a las rejillas.

A continuación, elimine los restos de polvo con una aspiradora utilizando una boquilla estrecha aplicándola firmemente sobre las rejillas del filtro.

4- Aclarar el filtro de aire

Termine enjuagando el filtro en un recipiente con agua limpia. El cepillado con una esponja y jabón eliminará las últimas partículas de polvo.

Si persisten algunos cúmulos de polvo, no dude en sumergir los filtros de aire durante unos minutos en agua jabonosa para disolverlos más fácilmente.

Por último, aclare los filtros con agua limpia, déjelos secar completamente al aire libre y vuelva a colocarlos en la unidad interior después de limpiar los filtros de carbón activo, que a veces se encuentran debajo de los filtros de aire.

Sustituir el filtro de carbón activo

Recuerde sustituir el filtro de carbón activo al menos una vez al año para evitar los malos olores.

Lo ideal es cambiar el filtro de carbón activado una o dos veces al año, según el uso que se haga del aire acondicionado. La mayoría de los acondicionadores de aire se abren por la parte delantera para facilitar el acceso al filtro, basta con retirarlo y sustituirlo por un modelo idéntico.

Un filtro de carbón activado cuesta entre 5 y 15 euros según el modelo de aire acondicionado.

El carbón activado es capaz de absorber los malos olores porque tiene una pared extremadamente porosa. Así, una pequeña superficie de carbono tiene una capacidad de absorción diez veces mayor. El carbón activado, ya sea en el agua, en el aire o en el gas, absorbe todo tipo de sustancias tóxicas, así como los malos olores.